Por eso, hoy queremos reflexionar sobre el greenwashing en la industria de la moda, una de las que más dinero y contaminación mueve a nivel mundial.
Algunas argumentan que sus prendas son fabricadas en 100% fibras sostenibles, no orgánicas, no recicladas… solo sostenibles, sin definir origen, tratamiento, producción, etc. Luego, cuando miras el precio, algo no encaja. Un buen ejemplo es Primark.
En otros casos, las expectativas bajan y nos hablan del al menos el 50% (como el caso de la colección conscious de HM) pero al ver la composición de las prendas, vemos una enorme mezcla de fibras y muy poco (5%) o nada, de material sostenible. Según Changingmakers H&M usa más fibras sintéticas en su ‘Conscious’ que en su colección principal.
Se promocionan fibras pero se obvian los tratamientos: blanqueados, tintados, etc. que también generan un gran impacto. De esto hablamos hace un tiempo en el post de fibras textiles.
Todo esto sin considerar la producción. A estas alturas no es un secreto para nadie, que las fábricas textiles explotan a trabajadores de todas las edades, con salarios miserables y condiciones indignas de trabajo.¿Dónde está la sostenibilidad aquí?
Sin embargo, se crean campañas y etiquetas verdes, promociones imposibles y acciones “sostenibles”en las que te regalan puntos por llevar tu ropa a reciclar (que tampoco sabemos que pasa con ella, pero solo hay que ver el desierto de Atacama para tener una pista). Es decir, te motivan a reciclar, para vaciar el armario y seguir comprando, incluso más que antes, porque al final, «si es bueno para el planeta es bueno para ti».